Hoy traigo otro relato que escribí en mi antiguo blog. Lo llamo relato aunque más bien es... una reflexión. Desde hace unos años, una crisis tremenda azota este mundo en el que vivimos y una de las cosas afectadas son los sueños. Pero no hablo de los sueños que tenemos cuando dormimos, no, gracias a dios esos son gratis (aún). Si quieres saber un poco de lo que hablo...
Alguna vez se ha dicho que cuando
crecemos dejamos de soñar, pero no me refiero a los sueños o
pesadillas que ocurren en nuestra mente cuando estamos dormidos. Ese ‘soñar’ es inevitable. Me refiero a soñar despierto, tener
una meta, un deseo, un sueño. Este ‘soñar’ ¿es inevitable?
De pequeños, todos tenemos una meta o
sueño: llegar a ser médico, para salvar vidas; llegar a ser
profesor, por admiración a alguno que tuviste; llegar a ser
astronauta, porque te fascinaría ver las estrellas y los planetas
más cerca de ti; llegar a ser peluquero, electricista, actriz o
actor, cantante… Como también puedes soñar tener un pony, o el
arcoiris, a un suministro de chocolate para toda la vida. Sueños y
deseos que pueden acercarse a la realidad o no.
Recuerdo una película en la que una
chica decía: “cuando crecemos se nos muere el corazón”.
Obviamente, eso no es cierto, pero puede que sea verdad en cierto
modo. Esa parte de nuestro corazón, la parte
soñadora ¿se “estropea” con la edad?
A medida que se crece se van cumpliendo
nuestros deseos, se van alcanzando metas, o tal vez te quedes en el
camino u optes por salidas más fáciles. Tal como está el mundo es difícil
tener un sueño, las personas son más materiales porque la sociedad
les incita a serlo. Esto es la historia de siempre ¿verdad?
No importa cómo esté el mundo, no
importa el dinero que haya en bolsillo. Personas sin muchos recursos
han conseguido sus sueños ¿Cómo? Constancia, esperanza y, lo más
importante, sin dejar de soñar.
Actúa como una adulta, pero piensa y
sueña como un niño.
Si tienes un sueño, persíguelo.
Siempre hay que luchar por los sueños
ResponderEliminarEnhorabuena