22 de septiembre de 2014

First day

Nervios. Eso es lo que sentí. Muchos nervios. Me sudaban las manos, las axilas, me temblaban las manos, la voz. Deseaba salir de casa aunque aún faltara tiempo para la hora.
Cuando por fin salimos y nos montamos en el coche... Atasco, lo que me faltaba para relajarme. No paré de quejarme, aunque mi pobre madre no tuviera la culpa de nada.
Por fin salimos de aquel tapón. Lo que quedaba de camino se me hizo cortísimo.
Me apeé del coche y me fui directa a la que, desde ese día, sería mi refugio mañanero (o mi cárcel) durante un año: aula 2.6.


Es curioso (o al menos para mí) la cantidad de rostros diferentes que puedes encontrar en el mundo, la cantidad de pequeños detalles que hacen que una cara no se parezca a otra. Y eso es lo que yo encontré allí, montones de rostros, todos diferentes y desconocidos.
Echando un poco la mirada al aire, avisté algunas personas conocidas y ellos también me reconocieron a mí. En ese momento respiré aliviada, no estaba sola. Compartimos nuestros nervios e hicimos alguna que otra broma sobre cómo iría el primer día, los profesores... Hasta que una señora salió de la clase donde todos nos apiñábamos y nos invitó a entrar.
Encontrado el sitio, allí pasé unas escasas cuatro horas que no pasaron tan lentas como esperaba, tal vez por los descansos que nos dieron entre asignatura y asignatura que nos dio pie a presentarnos unos a otros y a reír un poco más o porque, al fin y al cabo, las cosas que nos contaban no eran tan malas como esperábamos.
Terminadas las clases, nos dejaron salir una hora antes de lo esperado. Perfecto. Tiempo perfecto para relacionarnos. Todos estábamos emocionados. Mis nervios habían desaparecido, sonreía abiertamente, hablaba con unos y otros con tranquilidad, ya no me temblaban las manos, pero aún sudaba (cosas del calor sevillano).

Ahora que estoy en casa, analizo la mañana, archivo los nuevos rostros y nombres que seguramente se me olvidarán cuando apague el equipo pero que poco a poco me iré aprendiendo, e intento mentalizarme de que todo ha cambiado.

Hoy puedo decir que soy estudiante de Comunicación Audiovisual.
Hoy puedo decir que soy UNIVERSITARIA.

1 comentario:

  1. Cualquier etapa está llena de posibilidades de ser feliz. Y tú estás en el camino porque eres una persona generosa y bien dispuesta. No temas. La vida suele ser generosa con las personas generosas. Un abrazo

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